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El mal olor del aire acondicionado, motivos y soluciones

Para muchas personas el mal olor del aire acondicionado es un motivo de pesadilla, de no poder conciliar el sueño en aquellos momentos en los que esta máquina es más necesaria. Porque, aunque dependemos del aire acondicionado, hay días en los que no queremos encenderlo porque sabemos que huele mal. ¿Pero cuál es el motivo de este olor? ¿Qué está pasando para que el olor que se produce en el aire acondicionado sea tan malo?

Entendiendo el aire acondicionado

Lo primero que tenemos que hacer es entender que el aire acondicionado realmente no huele ni produce ningún tipo de olor. La máquina en sí misma es un electrodoméstico en el cual no hay factores que puedan llevar a que se produzca un mal olor. Pero lo que sí ocurre es que el aire acondicionado se ocupa de mover el aire de lo que tiene a su alrededor. Y eso significa que si el falso techo que se encuentra donde tenemos el aire acondicionado es fruto de la acumulación de malos olores, lo que hará la máquina será repartir ese mal olor por toda la casa. Así que, aunque el aire acondicionado realmente no huele, sí que lo hace el entorno y la máquina no ayuda porque lo que está haciendo es repartir el mal olor por toda la instancia.

De todas formas, el problema es común y la respuesta al mismo no suele ser fácil de encontrar. Hablamos del falso techo, pero en realidad el origen del mal olor se puede encontrar en otros muchos lugares. Eso hace que sea importante que contactemos con profesionales que puedan ayudar a la revisión de la máquina y de la instancia para detectar el origen del problema y aportar una solución. Además, es importante que estos se encuentren avalados por Conselleria, hecho que siempre garantiza seguridad y calidad al cliente en el servicio.

¿Y si hay un problema con los filtros?

Uno de los sospechosos habituales de los malos olores por parte del aire acondicionado son los filtros. A veces nos olvidamos de que un aire acondicionado requiere mantenimiento y pensamos que simplemente con encenderlo y tenerlo todo el día dando aire es suficiente para garantizar el buen rendimiento a largo plazo. Pero en realidad los aires acondicionados tienen un sistema de filtros que se ocupa del funcionamiento en el día a día. Esos filtros trabajan filtrando el aire, así que significa que interactúan con todo lo que circula por el aire, tanto bacterias como malos olores y otros elementos que resultan nocivos.

Por ello los filtros se ensucian, requieren que los limpiemos, que los cambiemos y que nos ocupemos del mantenimiento. Pero somos conscientes de que no es algo que hagamos de forma frecuente y que, en muchas de las ocasiones, debido a que el filtro no necesita una limpieza muy frecuente, lo que hagamos simplemente es esperar a contactar a un profesional para que nos pueda decir qué está pasando si algo empieza a oler mal. No es una mala idea, ni mucho menos, pero nos podemos plantear la idea de intentar mantener el filtro limpio lo máximo posible para no tener incidentes de la noche a la mañana.

Otras posibles partes con margen de culpa

Hay más zonas en las que los profesionales de los aires acondicionados miran cuando hay un problema de olores. Por ejemplo, es frecuente que se puedan producir problemas relacionados con el desagüe de la unidad interna de la máquina, en especial en los casos en los que este se encuentra conectado a otro desagüe de la casa. Si no sabemos cómo se realizó la instalación ni qué puede estar pasando al respecto, una vez más lo mejor es tranquilizarse y confiar en el servicio de los profesionales. Además, otras piezas que pueden resultar problemáticas son el intercambiador de frío y el ventilador, donde la suciedad se puede acumular si no tenemos cuidado.